Hoy vamos a tratar el tema de la alimentación infantil. Una buena alimentación es vital para que el
niño crezca sano y fuerte. Comer bien afecta no sólo a su crecimiento físico,
sino también a su desarrollo intelectual.
Una correcta alimentación del niño durante
los primeros años de vida puede repercutir positivamente en su estado de salud,
así como en su habilidad para aprender, comunicarse con los demás, pensar y
racionalizar, socializarse, adaptarse a nuevos ambientes y personas y, sobre
todo, en su rendimiento escolar. Una buena alimentación puede influir
notablemente en su futuro.
Proponemos un taller de cocina en la escuela en el que el objetivo es que
tanto el padre como el hijo comparta, aprendan y se diviertan de una manera
sencilla, original y práctica elaborando de manera conjunta diferentes tipos de
platos.
Aquí podéis encontrar recetas fáciles para hacerlas en casa con vuestros peques.
En esta entrada vamos a hablar sobre las
rabietas infantiles.
Rabietas y desobediencia ¿es parte del
desarrollo infantil?
Todos aquellos gritos, rabietas, enojos y
berrinches que pueden retumbar en los oídos de los padres y ponerlos de cabeza
son completamente normales; de hecho, forman parte de un ciclo que comienza con
los denominados "terribles dos" y estos son los detalles.
Cuando un niño comienza a madurar se da
cuenta de que hay un mundo que le exige comunicarse en todo momento; cada día
entiende que debe ser independiente en ese sentido. Así que de 0 a 6 años
desarrolla múltiples habilidades, expresa todas sus emociones y, por supuesto,
desespera a uno que otro adulto.
Sin embargo, hay diferentes "etapas de
berrinches" que se reparten en los primeros seis años, las cuales te
describimos a continuación:
De cero a dos años: "los terribles dos"
Ya habíamos comentado que el ciclo comienza
con este término y podría decirse que es uno de los peores periodos. Aquí el
niño no tiene la capacidad suficiente para autocontrolarse y por eso
"suelta" todas sus emociones en el ambiente.
Después de haber cumplido un año de edad, la
mayoría de los niños están muy acelerados debido a que sus capacidades motrices
evolucionan a diario. Por lo anterior, buscan hacer todo por sí mismos y en
muchas ocasiones no logran hacerlo, ya que su capacidad lingüística aún no está
desarrollada al cien por ciento. ¿Qué problema hay con esto? Que se frustran y
hacen muchos berrinches.
Los tres años y los famosos "¿por qué?"
Cerca de los tres años de edad, el niño
contará con más habilidades motrices, cognitivas y lingüísticas. Su curiosidad
estará presente en todo momento y comenzará la etapa de los cuestionamientos,
de los famosos “¿por qué?”.
En esta edad, los berrinches estarán
relacionados con lo que se le permite hacer y lo que no, por lo que se sentirá
frustrado cuando se le diga que no.
En el cuarto, quinto y sexto año ¿los niños ya son maduros?
Hacia el cuarto o quinto año de edad es muy
probable que ya cuente con habilidades sociales que le permitan comportarse
adecuadamente: tendrá autocontrol y los berrinches desaparecerán con el tiempo.
Sin embargo, no todo es quietud y paz.
Estará acostumbrado a recibir órdenes de sus padres, pero cuando se trate de
otra figura de autoridad externa volverá a ser más impulsivo, a retar y querer
hacer las cosas en el momento y forma que desee.
¿Cómo se puede evitar ese comportamiento?
Ahora que has conocido cada de una de estas
etapas, lo único que debes tener claro es que no todos los niños pasan por lo
mismo a la misma edad, en el mismo instante. Todos son diferentes y es por eso
que necesitan un equilibrio.
Un niño necesita saber desde su nacimiento
que existen ciertos límites, por eso durante este ciclo de vida se deben
establecer reglas muy claras y precisas. De esa manera, los niños sabrán qué
está permitido y qué no; algo que les puede proporcionar seguridad y confianza
en el futuro.
Paciencia y constancia son las palabras
clave para que esta etapa se desarrolle de manera natural.
Os dejo este video de youtube en el que Beatriz Montero os cuenta un cuento: La rabieta de Julieta.
La seguridad en uno mismo es sin dudas uno
de los elementos clave para el desarrollo y crecimiento como persona. Es
fundamental dotar a niños de herramientas útiles para que sean
capaces de relacionarse de forma eficaz consigo mismos y con los otros.
Como padre o madre, todo lo que puedas hacer
por desarrollar una autoestima sólida en tu hijo, le servirá para encaminar su
futuro de forma más segura y positiva.
Una persona con una alta autoestima tiene
más probabilidades de éxito. Será más responsable y capaz de actuar de forma
independiente.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la capacidad que tenemos de
valorarnos por ser quienes somos. Un niño con una sana autoestima no se cree
mejor que nadie sino que aprende a aceptarse con sus defectos y virtudes.
En el caso de los niños y adolescentes, en
muchos casos, su seguridad depende en gran medida de la opinión de su entorno.
En lugar de aceptarse, se exigen ser como creen que deben ser o de acuerdo a
las expectativas de los demás. En esa lucha por ser lo que esperan de él
comienzan la búsqueda del “yo ideal” y solo encuentran la frustración y la
confusión.
Síntomas de baja autoestima infantil.
El niño se frustra fácilmente con cualquier
reto no conseguido.
Se cataloga a sí mismo con frases negativas
como: “Soy tonto”.
Tiene una percepción negativa y pesimista.
Suele creer que las cosas son difíciles de conseguir para él.
Cree que lo hace todo mal. Es muy crítico
consigo mismo.
Falta de interés por "todo".
No expresa sus emociones a través del
contacto físico, besos, abrazos.
Camina con la cabeza baja. No suele mirar a
los ojos.
Habla de forma negativa sobre sí mismo.
Pronuncia frases que demuestran muy poco amor a uno mismo.
No tiene muchos amigos. Evita situaciones
sociales.
Grita o habla muy alto habitualmente para
expresar sus opiniones.
Cree haber errado con mucha frecuencia y se
disculpa. Pide excusas a menudo.
Os dejo este video de youtube que habla
tanto del autoestima como del control de las emociones.
Hoy vamos a hablar sobre el periodo de
adaptación que los más peques tienen que afrontar durante los primero días o
incluso semanas al entrar en un nuevo colegio.
Es un gran paso que no sólo afecta a
nuestros hijos, por eso te ofrecemos las claves que necesitas para que esta
época de cambios que se inicia con los primeros días de colegio transcurra de
la mejor manera posible para toda la familia.
Empezar el colegio es para nuestros hijos
uno de los acontecimientos más importantes de su breve existencia. Comienza
para ellos una etapa en la que todo será nuevo: el centro escolar, los amigos,
sus profesores, las rutinas diarias… Esta novedad puede generar en los niños
miedo a lo desconocido, un sentimiento que también experimentamos los adultos
cuando tenemos que abandonar nuestra ‘zona de confort’, aunque sea para
mejorar.
Todo cambia para ellos, y es por eso que lo
primero que tendremos que procurar es transmitirles la idea de que los cambios
son algo constante a lo largo de la vida y que no tienen por qué ser malos. ¿Y
cómo les explicamos eso de forma que nos entiendan? Es muy sencillo, sólo
tenemos que hacerles ver que a su alrededor, todos los días, se producen
cambios que ellos ni tan siquiera perciben como tales. Por ejemplo, el paso de
las estaciones, o la evolución que ellos mismos han experimentado en sus
poquitos años de vida, como que cada día son un poco más altos y más fuertes,
su pelo crece, ya no usan pañal, o que pasaron de la cuna a la cama.
Os dejo un enlace y un video de youtube que me han parecido muy
interesantes.
El vínculo entre las familias y la escuela
es fundamental para el desarrollo y crecimiento de los niños y las niñas.
Familias a la Escuela es un programa orientado
a brindar herramientas y pautas de crianza a las familias de niños y niñas que
se encuentren transitando su escolaridad, desde nivel inicial a secundario.
La Familia es la primera educadora
La familia cumple un rol crucial en la
educación de sus hijos y sus hijas. Es considerada como el primer grupo de
referencia. Cuanto más saludables y fuertes sean los primeros vínculos del
niño/a y, cuanto mayor sostén afectivo y emocional tenga, mejores posibilidades
tendrá en el futuro. Por eso, nuestro objetivo es fortalecer a las familias en
su rol educador, al brindarles un espacio para compartir estrategias,
reflexiones, conocimientos e información sobre cómo acompañar a los niños y
niñas, en las diferentes etapas de su desarrollo.
¿Cómo acompañamos a las familias?
Desde el programa, fomentamos el encuentro
con las familias a través de talleres en los que abordamos diferentes
propuestas relacionadas a la crianza, la educación y el desarrollo de los niños
y las niñas. Además, los mismos recorren diversos ejes como: la importancia del
juego y los límites; prevención en conductas adictivas; primeros auxilios;
desarrollo del lenguaje; uso responsable de las nuevas tecnologías; prevención
en violencia de género y alimentación saludable.
Nuestro objetivo es brindar espacios de
intercambio para compartir cuestiones relativas al desarrollo infantil. La
instancia de taller propone una invitación al diálogo y a la reflexión, en
donde se promueven los vínculos y el pensamiento en conjunto al compartir
saberes, experiencias y pensamientos.
Al finalizar cada taller, las familias
reciben un cuadernillo que contiene información sobre la temática abordada, a
modo de resumen de lo expuesto en el encuentro. El cuadernillo es nuestra forma
de hacer extensivo, en el hogar, lo planteado en el taller.
En este blog vamos hablar sobre lo
importante que es acercar a las familias de nuestros niños a la escuela. La
finalidad de esto, es el aprendizaje de los niños y para ello hay que conseguir
una colaboración y coordinación entre las familias y los centros escolares.
El educador debería poder conseguir que sus
propuestas educativas fueran compartidas, ya que algunos objetivos sólo se
alcanzarán en la medida en la que ese objetivo sea importante para ambos
contextos. En ese sentido, llegar a acuerdos con las familias (por ejemplo en
el momento en el que el niño o la niña inician el control de esfínteres)
facilita y mejora el establecimiento de hábitos, así como el desarrollo de los
niños y niñas en las condiciones más favorables.
Además, la colaboración entre la familia y
los educadoras, puede llevar a que ambas partes aprendan y que, cuando sea
necesario, intenten modificar aquellas prácticas educativas que no obtienen un
resultado satisfactorio.
Se propondrán actividades que intentan
llamar la atención de las familias para que éstas se integren en la vida del
centro de sus hijos.
Soy Cristina, una chica de Calahorra que después de haber estudiado una carrera y tener unos cuantos trabajos, me he dado cuenta de que de una forma u otra, siempre he tenido interés en el mundo de los niños. Desde que recuerdo, he tenido muy buena mano con los más pequeños y hace un par de años decidí empezar esta formación para convertirme en la "madre", "amiga" y "profesora" de mis pequeños niños. Desde que estoy estudiando este Grado Superior de Educacion Infantil, he tenido la oportunidad de acudir a ludotecas, colegios y guarderías donde he podido aprender que el mundo de los niños es bastante divertido a la vez que muy interesante e impredecible.
Mi cabeza siempre es un hervidero de propuestas nuevas, donde suelen aparecer en mayor o menor grado, la educación, las manualidades, la creatividad y las nuevas tecnologías. Este blog nace para compartir experiencias, ideas y opiniones.
Agradecer el tiempo que mis lectores están invirtiendo en leer estas ideas que gracias a esta formación puedo compartir con todos vosotros.Un saludo Cristina